miércoles, 11 de diciembre de 2013

Tiempos distintos que los de William le Bole

El estudio de la economía, hasta finales del siglo XVII, era un estudio básicamente social, nada que ver con métodos y variables estadísticas. Se centraba en aspectos éticos y en políticas que buscaban el bienestar social. El punto de inflexión puede decirse que fue el estudio estadístico sobre la población de Inglaterra que realizó Gregory King en 1696, aunque hasta el siglo pasado no encontramos conceptos como Producto Interior Bruto o Renta Nacional.

Así, es especialmente interesante la visión económica anterior a este cambio conceptual. El pensador Tomás de Aquino aportó estudios muy interesantes, concretamente los referidos a la implicación moral de los precios, aseguraba que la avaricia es un pecado mortal (afirmación seria contextualizada), e introdujo el término “precio justo”, donde reconocía un razonable beneficio englobado en el precio, rechazando un beneficio excesivo. Definía el precio justo como aquel en el que el comprador, tras haber manejado una información veraz sobre el producto, accedía a comprar la mercancía en cuestión.

De la misma forma que el erudito de la Edad Media promulgaba esta teoría, 800 años después, seguimos discutiendo este mismo tema. Los precios, su justicia y sus formas de fijación las encontramos en las ideas socialistas (fijación de precios por el estado), las neoliberales (dejan actuar al mercado como único fijador de precios) o las intervencionistas (que por cuestiones económicas o morales abogan por la intervención del Estado).  Además, y de forma más concreta, la fijación de precios justos están en continúa polémica, en los salarios mínimos y en los salarios máximos, haciendo especial mención a los escandalosos sueldos, bonus y retribuciones varias de los banqueros.

Cuanto ha llovido, para fortuna de algunos, desde que en 1321 a William le Bole le descubrieron las autoridades engañando en el peso del pan que vendía en su comercio londinense, su estafa en la fijación del precio fue castigada siendo arrastrado públicamente por las calles de Londres.


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Esta reciente noticia seguro que nos ayuda a entender mejor de lo que estamos hablando:


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